El libro de los Salmos es la única colección de canciones inspirada por Dios. Por lo tanto, este libro tiene autoridad divina que debemos obedecer entendiendo lo que Dios quiere para nuestra música. Si queremos ser discípulos en cada área de nuestras vidas, debemos prestar especial atención a los mandamientos que Dios da a su pueblo con relación a la música. Al respecto, el Salmo 33 es un pasaje muy importante para entender los pensamientos de Dios en relación a la música, ya que éste registra varios mandamientos y explica sus fundamentos.
El Salmo 33:1-5 presenta cinco mandamientos de Dios en relación a nuestra música. Los justos se deben regocijar en el Señor porque la alabanza es apropiada para los rectos (33:1). Aquellos que cumplan todas sus obligaciones para con Dios y con el hombre deben deleitarse continuamente en Dios, especialmente en su música, porque Él se merece tal alabanza por lo que ha hecho por ellos (cf. 33:18-22), y porque tal actividad le conviene al recto delante de Él.
Los justos también deben alabarle y cantarle con múltiples instrumentos de cuerda (33:2). Ambos mandamientos dejan claro que Dios quiere que usemos instrumentos de cuerda cuando le adoramos (o en nuestra adoración a Él).
Por otra parte, hemos de cantar para él una “nueva canción” (33:3a), que es un mandato de frescura de la calidad de la música que se canta a Él: “La alabanza debe ser espontánea y fresca; nuevas misericordias exigen nuevas canciones” (BKC: OT, 819). Estos mandamientos y declaraciones acerca de estas canciones ser repiten (Sal 40: 3; 96: 1.; 98: 1; 144: 9; 149: 1; Isa 42:10; Ap. 5: 9; 14: 3) y muestran que se trata de un elemento vital de la música piadosa.
Estos cuatro mandamientos enseñan que Dios demanda una adoración alegre con música de calidad que consiste en el canto de palabras acompañadas de instrumentos de cuerda. Repetidas referencias al Señor ( “en el Señor” [33:1a]; “Jehová” [33:2a]; “a Él” [33:2b; 3a]) hacen hincapié en que Él ha de ser el objeto de tal adoración.
Por último, hay que tocar bien y con jubilo (33:3b). Este mandamiento transmite el mandato de Dios, que los creyentes toquen hábilmente los instrumentos de cuerda, lo que exige una preparación diligente para tal adoración a Dios. También ordena tocarlos con energía para que los instrumentos produzcan “un fuerte ruido.” Para satisfacer esta demanda, debemos adorar a Dios con todas nuestras fuerzas (cf. 2 Samuel 6:14; Ecl 9:10) y hacer lo mejor que podamos al tocar habilmente.
Este mandamiento es ampliado considerablemente en el pasaje; los dos siguientes versos sirven de explicación de la base para el mandamiento (33:4-5). Cuatro declaraciones constituyen la base del mandato de adorar a Dios con habilidad con música instrumental:
- La palabra de Jehová es justa
- Todas sus obras son verdaderas
- Él ama la justicia y el juicio
- La tierra está llena de la bondad del Señor
Estas declaraciones ponen de relieve las perfecciones de su palabra y sus obras. También exponen su excelente carácter, especialmente en como se manifiesta abundantemente en la tierra.
Por otra parte, esta enseñanza (33:4-5) puede ser la base no sólo de este mandamiento, sino también para todos los mandamientos anteriores. De cualquier manera, la gran elaboración de la base de su dirección autoritativa sobre nuestra música muestra que debemos destacarnos en nuestra música porque Él exige que sea acorde con la excelencia de su palabra, su obra y su persona!
Sobre la base de esta enseñanza, los creyentes deben estar continuamente involucrados en actividades para ser diestros en tocar instrumentos de cuerda para la gloria de Dios. Al renovar nuestra mente con estas verdades, nuestras casas, iglesias y escuelas deben proporcionar oportunidades adecuadas para el discipulado continuo de los músicos cristianos de primera calidad de la mano de quienes ya son músicos cristianos habilidosos y consagrados.
(Trasladado con la ayuda de Reinaldo Useche y Google Translate.)
Copyright © 2011-2024 by Rajesh Gandhi. All rights reserved.