Dios escogió a Jesucristo para ser el que moriría por los pecados del mundo. Él habilitó a Cristo a través del poder de su Espíritu Santo para hacer todo lo que Él hizo. Él le dio la autoridad para hacer todo lo que Él hizo. Cristo viajó alrededor haciendo el bien y sanando a todos los pueblos que el diablo oprimía, porque Dios estaba con Él.
Cristo, el Hijo de Dios, que fue elegido, facultado y autorizado por Dios, nos amó lo suficiente para morir por nosotros en la cruz por nuestros pecados en cumplimiento de lo que Dios prometió sucedería siglos atras. En la cruz, los soldados llegaron a romper sus piernas, pero no lo hicieron porque Él ya estaba muerto. Después de eso, uno de los soldados puso una lanza a través de su lado y sangre y agua salieron de su lado; esto efusión fue una prueba segura de que Él realmente estaba muerto.
Alguien más quitó su cuerpo muerto de la cruz y preparó su cuerpo para el entierro envolviéndolo con 75 libras de tela de lino y especias. Luego Él fue enterrado en una tumba. En la boca de la tumba, rodaron una enorme roca. Después, la tumba fue sellada con un sello a todo su alrededor. Finalmente, los guardias romanos, que bajo amenaza de muerte habían sido mandados para custodiar la tumba, se colocaron alrededor de la tumba.
Al tercer día, el Padre a través de Su Espíritu levantó a su Hijo de entre los muertos. Jesucristo de la descendencia de David, fue resucitado de entre los muertos en cumplimiento de lo que Dios había predicho y prometido se llevarían a cabo hace siglos.
Muchas personas diferentes en diferentes momentos durante un período de 40 días vieron a Aquel que era el Hijo de Dios con poder. Apareció a aquellas personas a quienes Dios había escogido específicamente y que de antemano iban a ver a su hijo después de que Él había resucitado de entre los muertos.
Ese Cristo resucitado se apareció a las personas cuyas vidas cambiaron para siempre después de que ellos lo vieron vivo después de muerto. Se le apareció a Pedro, que pocos días antes había negado tres veces que lo conocía. Sin embargo, poco después se le apareció a Pedro, Pedro estaba predicando valientemente su resurrección.
Cristo apareció entonces a los Doce, y poco después de ese aparición, todos ellos fueron testigos de su resurrección de entre los muertos. Después de eso, más de 500 personas vieron ese Cristo resucitado, al mismo tiempo. La mayor parte de ellos todavía estaban vivos cuando los apóstoles predicaban que Dios lo había resucitado de entre los muertos. Si hubieran querido hacerlo, las personas hubieran podido consultar con ellos para ver si realmente habían visto a Cristo vivo de entre los muertos.
Jesús se apareció por último al Apóstol Pablo. Él no estaba buscando a Cristo antes de ese punto. Después de que Dios estuvo complacido en revelar a su Hijo a Pablo un día, él dio su vida entera a decirle a la gente la buena noticia de que Jesucristo había resucitado de entre los muertos. Pablo pasó de ser un perseguidor de los cristianos a ser un predicador de Cristo por el hecho de que Cristo se le apareció a Pablo después de que Dios le había resucitado de entre los muertos.
Lo que todas las autoridades judías y romanas habrían tenido que hacer para detener la propagación del cristianismo habría sido proporcionar el cuerpo. Habrían destruido ese movimiento infantil si hubieran sido capaces de producir el cuerpo. Ellos, sin embargo, no pudieron hacerlo porque su cuerpo no estaba allí. Él había resucitado de entre los muertos, así como Él prometió que lo haría!
Dios exige a todos en todas partes, que ya no piensen por más tiempo que Él es como los numerosos objetos de culto que los hombres a través de la imaginación y el arte han hecho de oro, plata, piedra, y otras cosas. Ahora manda a todos en todos los lugares a que se arrepientan y crean su Evangelio acerca de su Hijo, Aquel a quien Él ha hecho Señor y Cristo.
Dios ordena a este arrepentimiento y la fe en el Cristo resucitado por lo que ha establecido un día en el cual se va a juzgar a los vivos y a los muertos a través de ese hombre a quien designó, Su Hijo, el Cristo de Dios. Dios ha señalado ese Cristo ha ser el Juez de vivos y muertos, y Él ha aportado la prueba a todos los hombres que Él va a juzgar a todas las personas a través de ese hombre con haberlo levantado de los muertos.
Porque Dios ha hecho todo esto, Él manda a la gente a cambiar por completo su forma de pensar acerca de Él y a hacer obras de acondicionamiento para el arrepentimiento. Él quiere que ellos se arrepientan y sean bautizados en el nombre de Jesucristo para el perdón de los pecados. Él es el Señor de todos.
El Padre envió a su Hijo, Jesucristo, para ser el Salvador del mundo. Él hizo a Jesús, que no conoció pecado, pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él. A través de Él, Dios quiere que usted sea reconciliado consigo mismo.
Jesús está vivo hoy y quiere salvarte. Como Juez y Salvador, Él te salvará si se va a arrepentir, creer en el evangelio, y confesarlo como Señor. Cualquier persona que invoque el nombre del Señor Jesucristo, será salvo.
Llamalo a Él como Señor, creyendo que Dios le levantó de los muertos, y pidanle por el perdón de todos sus pecados!
(Trasladado con la ayuda de Google Translate y Daniela Medina.)
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